Estaba a punto de escribir que la vida, a veces, produce situaciones singulares como esta mía ahora. En las que el alivio se mezcla con algunos sentimientos más complejos y otros asuntos que no vienen al caso, por ejemplo, tiempo libre imprevisto que no se puede aprovechar como se quiere o la súbita posibilidad de ver a algún amigo cuando no se espera tal cosa.
Pero no lo escribo, no. Es que la vida es justamente eso. Un "revoltillo de amenidades" como se llamaba la sección de pasatiempos de no sé que publicación ya extinta. Se verá: llamo a A. para felicitarla por su cumpleaños y me dice que su ex (cincuentón, como yo) ha muerto repentinamente. La muerte, ya se ve, omnipresente. Pero no de quien se espera sino de uno cualquiera, cogido al azar, uno que puede ser uno mismo.
¿Alivio? No se sabe por qué. Al fin y al cabo estamos pendiendo de un hilo. Pero por esta vez la tijera no se detuvo en el nuestro.
Pero no lo escribo, no. Es que la vida es justamente eso. Un "revoltillo de amenidades" como se llamaba la sección de pasatiempos de no sé que publicación ya extinta. Se verá: llamo a A. para felicitarla por su cumpleaños y me dice que su ex (cincuentón, como yo) ha muerto repentinamente. La muerte, ya se ve, omnipresente. Pero no de quien se espera sino de uno cualquiera, cogido al azar, uno que puede ser uno mismo.
¿Alivio? No se sabe por qué. Al fin y al cabo estamos pendiendo de un hilo. Pero por esta vez la tijera no se detuvo en el nuestro.
(del diario de un jardinero, junio 2007)
6 comentarios:
Pinto, pinto, gorgorito...
¿Y lo de los infartos? Hay una edad en la que parece ser que estamos abonados a números fijos en una tómbola.
Hombre (o mujer): tampoco hay que ponerse en lo peor... aunque lo de la edad es cierto... Sólo aludía a lo que nos hace pensar, justamente porque nos recuerda que nosotros, también, somos carne de cañón.
Saludos.
Omnipresente, fpc, tú lo has dicho, lo que pasa es que siempre es el otro el que la diña. Entierros: a unos, asistimos; de otros, podemos librarnos; pero deberíamos pensar de vez en cuando que al nuestro estamos irremediablemente invitados. Y no valen excusas.
Abrazos.
Ánimo, te dedico una canción (como en los antiguos programas de radio)
Para el jardinero de la blogosfera
http://youtube.com/watch?v=zn3zIBBmXiU
En los malos momentos, a veces, no siempre, vienen bien algunos versos. Te recuerdo los de un poeta amigo (tú lo conoces más, yo sólo lo intuyo). Hablan de cómo brota la vida sobreponiéndose al invierno, de cómo nace un árbol en el hielo. Hablan, al menos a mí eso me parece, de cómo se vence a la muerte:
Y entonces acontece.
Uno mira, como miré yo.
Y descubre ese milagro del fervor congelado.
La yema que se asoma en el núcleo helado de un carámbano.
El futuro del mundo vibra aquí. En ese espejo del agua transparente.
Vibra y sigue.
Un fuerte abrazo.
Gracias a todos.
Neves, tu regalo es estupendo. Pat Metheny me gusta mucho. Gracias.
amart, qué decirte. Nos harían falta muchas cañas para matizar y seguir hablando. Un abrazo.
Diarios: gracias. En efecto, esos versos hablan de cómo, cada año, la vida vence a la muerte. Para verlo, a veces, sólo hace falta mirar. Debo reconocer que esos versos parecen (creo) sólidos. No sé, son otra cosa vistos así... No me lo habría figurado nunca. Un abrazo.
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