jueves, 23 de agosto de 2007

Lo que el ojo no vio (o sí), 1


La vuelta nunca es completa. Uno deja parte de sí allá adonde va y de allá se trae algo irrepetible. Gracias a la fotografía lo que el ojo vio (o no) se transforma en lo visto y lo plasmado y adopta para siempre el aire fijo e invariable de la instantánea.

Gracias a la fotografía y a la red, todo eso, aun vicariamente, se puede compartir. Como andaré muy ocupado las próximas dos semanas, me limitaré a ir colgando aquí algunas muestras de lo visto y lo plasmado, sin mayor comentario ni identificación de lugar y fecha. No enseñan el viaje ni lo pretenden. Sólo aspiran a compartir el sueño de quien lo emprendió. Están estrictamente en el orden en que fueron tomadas (entre otras muchas) y por lo tanto, aunque incógnita, trazan una geografía que pide del espectador un imaginación cómplice. Para quien suscribe es un modo de ofrecer curiosidad, sueños y belleza a todos los amigos que de continuo se pasan por aquí y dejan sus comentarios amables y cariñosos: para todos ellos, que me han echado de menos mientras yo veía (o no) lo que aquí se enseña.

1 comentario:

amart dijo...

Siempre es agradable el reencuentro; al fin es la garantía cierta de que quien estaba sigue estando como solía. Un abrazo.