jueves, 20 de septiembre de 2007

Desasosiego

Hay días y días. Mucho trabajo por hacer y pocas ganas. Muchas distracciones en torno, demasiadas solicitaciones a las que atender, y cosas que se quedan por hacer, nuevamente.

Nunca he sido especialmente adicto al trabajo pero me ha gustado tanto lo que he hecho que no me ha importado dedicarle tiempo. Y hay tantas otras cosas que me gustan, los libros, la música, que verdaderamente no encuentro momento de aburrirme. Pero de un tiempo a esta parte... me canso con facilidad, no del contenido, sí del esfuerzo... ¿Es eso una prematura vejez? ¿Estoy depre? ¿De dónde sacan otros tanta energía durante tantos años, sin descanso ni interrupción?

Es otro de los misterios... ese desigual reparto de fuerzas.

(del diario de un jardinero, en un pueblo en fiestas... ¿será eso?..., septiembre de 2007)

5 comentarios:

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

¡Mucho ánimo!

Anónimo dijo...

¿el otoño?

marideliwes dijo...

Hoy viernes y mañana despertaremos con más horas, quizás dos veces.

Personalmente prohibiría las fiestas de los pueblos en setiembre :-)

No creo que estés depre. Otros se preguntarán de dónde sacas tú tanta energía y tanta sabiduría. Yo misma, sin ir más lejos.

amart dijo...

Amigo FPC, dejémoslo en una astenia otoñal, a la que todos tenemos derecho. Me parece que lo único que te da pereza es hacer todo aquello por lo que no te desvives ni te has desvivido nunca, pero no tienes más remedio que hacer. Eso también nos pasa a los demás. ¿Vejez prematura? Esa empieza en el coco, y tú todavía lo tienes lúcido (bueno, más o menos, tampoco vayas a pensar...). El día que no quieras ni oir hablar de jardines; el día que la literatura sea para ti un pasatiempo de verano; el día que dejes de estar loco por las estilográficas; el día que te sientes a escribir y sólo se te ocurra la lista de la compra. Ese día te habrás hecho un viejo decrépito y gruñón. Pero, tranquilo, me temo que nos vas a dar bastante guerra todavía.
Un abrazo, y no se te olvide meter la dentadura en el vaso.

FPC dijo...

Está visto que no se puede decir nada... ;-))
Gracias por los ánimos y los comentarios: sois muy generosos. En realidad, y visto veinticuatro horas después, tampoco es para tanto. Quizá sí, un poco de astenia, otoñal, desde luego. Puede que un cierto hartazgo de algunas cosas que no avanzan o de otras que lo hacen muy lentamente. Nada serio ni distinto de lo que todos tenemos en nuestras vidas.
O sea, gracias.