sábado, 5 de abril de 2008

Paisaje VIII

Por la tarde, al aliento del viento,
los recuerdos comienzan
a levantar su rostro
y a escuchar la voz del río. El agua
es, en la oscuridad, la misma de los años muertos.

En el silencio de la oscuridad asciende un chapoteo
por el que pasan voces y risas remotas;
acompaña al rumor un color vacuo
que es de soles, de riberas y de miradas claras.
Un verano de voces. Cada rostro contiene,
como fruto maduro, un sabor ido.

Cada ojeada que vuelve atrapa un gusto
a hierba y a cosas impreganadas de soles de tarde
en la playa. Retiene un aliento de mar.
Como mar nocturno es esta sombra vaga
de ansias y escalofríos antiguos que el cielo marchita
y devuelve cada tarde. Las voces muertas
se asemejan al romper de ese mar.






[9 de agosto de 1940]

Traducción de FPC

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