lunes, 5 de mayo de 2008

La mirada inversa

Vuelta desde Madrid, otra vez el viaje, otra vez tiempo para la mirada perdida, el vistazo rápido sobre los campos y el horizonte, nítido hoy, otra vez disponibilidad para pensar o perderse en ensoñaciones.

La vista desde el tren, rápido, rápido, permite atisbar casas y fincas, un depósito de chatarra, una fábrica perdida en el recodo de un camino. No se ve a nadie. Pero cuando los montes se alejan y se abre por la ventanilla un escenario más amplio entonces surgen arroyos escondidos entre juncos, trigales que crecen en soledad, árboles en lejanía, un serpenteo de caminos sin asfaltar. El viaje en tren facilita la mirada sobre el paisaje y estimula, a la vez, la querencia por la mirada desde el otro lado: detener el tren, descender al valle y, enseguida, quedar todo en silencio. Recorrer entonces esos caminos que van hacia los árboles atravesando trigales, serpenteando a lo largo de arroyos que ahora ya no veo desde mi ventanilla, fugaz para el paisaje que me mira, que me ve apenas desaparecer en el interior de una serpiente blanca y violeta que, arrojando chispas en el crepúsculo, se pierde a lo lejos.

Queda todo en silencio.

(del diario de un jardinero, ido y venido, mayo de 2008)

3 comentarios:

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Debería subvencionarte la RENFE estos viajes. Dan ganas de coger de nuevo el tren. Aunque no está todo en ello. Hay que tener bien educada la mirada y saber contarlo así de bien.
Un abrazo, jardinero.

susana espíndola dijo...

Coincido con Diarios de Rayuela (para variar jajaja) Dejar que esa mirada se deslice sobre el paisaje y a la vez sea el paisaje quien nos mire y sentir la frescura de otro aire que oxigena nuestros pulmones cotidianos de toda ciudad. Y lo que se descubre también en los viajes y en este caso desde un tren!!!! Qué bueno el placer transmitido en ello!!! Casi con un tizne a envidia lo digo, porque aquí, en mi querida Argentina, esos trenes que surcan nuestro territorio, no sólo cada vez son menos, sino más destartalados, más abandonados y hasta cerrados, lo cual ha implicado que muchos pueblos quedaran aislados o que directamente desaparecieran.
Por ello, creo que tu mirada rescata aquellos paisajes recorridos, sino lo que de ese mismo entorno que atraviesan las vías a la vez, uno puede tomar, descansar, disfrutar!!!

FPC dijo...

Gracias por vuestro paso por aqui y por vuestros comentarios. Un abrazo.