martes, 8 de mayo de 2007

Y qué


No me extenderé mucho esta vez. En el álbum Kind of blue, el tema de apertura lleva un título algo desafiante. So what. Y qué. Marca el tono (o más bien debiera decir el modo, porque de una partitura modal se trata) de una nueva época en la composición jazzística.

Miles Davis, en 1959, era ya un músico reconocido pero siempre en evolución. Hacía dos años había trabajado intensamente con Gil Evans y de ahí salieron algunas piezas (Miles ahead, sobre todo) y nuevas ideas, una parte de las cuales está recogida en este disco fundamental de ese año. La idea general era dejar de "cantar" una melodía previamente marcada: se trataba, por el contrario, de marcar un patrón modal, una escala determinada, buscar una pauta rítmica y dejar volar la imaginación sobre esas bases. Difícil de explicar, aunque en aquel momento fue todavía más complicado de aceptar en los clubes y en los escenarios. Ese nuevo planteamiento conllevaba largos solos, a veces muy separados de su origen tonal y siempre con una libertad que hasta entonces había parecido difícil. Para hacernos una idea: los solos enrevesados del be-bop a veces saliéndose de la tonalidad prevista eran, al fin y al cabo, evoluciones sobre una melodía casi siempre muy reconocible. Basta escuchar Scrapple from the apple, Relaxin' at Camarillo u Ornithology. Lo de Miles Davis y su trompeta, en esta línea nueva, era otra cosa.

Los que aquí aparecen son casi los mismos músicos de la sesión del disco. John Coltrane toca el tenor,aunque no está especialmente brillante: en el disco es más rotundo. De éste falta Julian Adderley, el famoso "Cannonball", que hacía un solo a medio camino entre el be-bop y el cool, sin preocuparse mucho de la perfección sus frases y resultando por ello fresco, vivaz y, seguramente, el mejor improvisador del tema. La sección rítmica es la del disco pero no la del tema: sí tocaban Paul Chambers (contrabajo) y Jimmy Cobb (batería), al que hace dos años vimos aquí en Logroño, todavía en activo, potente y comedido a la vez. El pianista es Wynton Kelly, sólido y con un largo recorrido en este estilo que terminaría llamándose cool, inventivo, seguro, con ideas que aportar al conjunto; en la grabación tocaba él también, pero justamente esta pieza la desarrollaba Bill Evans, de quien estoy escuchando mucho últimamente un disco excepcional del año 1981, You must believe in spring. Pero ya hablaré de este padre del piano actual. De momento, Davis, uno de los grandes innovadores de la segunda mitad del siglo XX. Y qué.

2 comentarios:

Neves de ontem dijo...

¡Buenos días!
Todavía no conocía esta sección de Blanco y negro de su blog. Me encanta. Creo que voy a dar un pequeño paseo por los jardines que tiene escondidos en las entradas antiguas. Gracias por visitarme en mi blog. Hasta pronto. :-)

Portarosa dijo...

No puedo escucharlo aquí. Tendrá que esperar a que llegue a casa.

Sin tus conocimientos, sólo puedo decir que este album es maravilloso; es lo que es el jazz para mí, lo que te pide el cuerpo, llevado al máximo.

Un abrazo.