La jornada de reflexión debería incluir un epílogo para políticos: por unos instantes, debería estarles prohibido analizar, justificar, enmarañar, echar arena a los ojos del contrario, maldecir al sistema que ¡oh, injusticia! no les ha dado lo que merecían. ¿O sí?
Sería sencillo. Sólo un silencio momentáneo que diera al pueblo la sensación de que, en efecto y durante un instante, ha tenido la última palabra.
Pero no paran.
Sería sencillo. Sólo un silencio momentáneo que diera al pueblo la sensación de que, en efecto y durante un instante, ha tenido la última palabra.
Pero no paran.
(del diario de un jardinero, a lunes de diluvio postelectoral: y es que llueve a mares)
3 comentarios:
Eh, eh, aunque ellos no paren, nosotros debemos de estar ya por lo menos a 16. ¿En el Jardín?
Ni sé dónde estoy, la verdad. Tengo un cacao en estos últimos días que no me aclaro. A ver si me cojo esas ansiadas vacaciones pascueras y me repongo. Gracias por pasar. Y no dejes de escuchar con atención la Chacona de Schmelzer que he colgado. Ya me dirás.
Saludos.
Las vacaciones todo lo arreglan. O esa es la sensación que nos invade ahora que estamos en ellas: que no es poco. La Chacona... estupenda. Aprendiendo :)
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